Las esperas.

Mi alma te espera con las mismas ansias de siempre, tal vez este tiempo del que dependemos tanto, nos ha hecho un juego de aquellos en que uno se detiene a pensar y prefiere detener los pensamientos, para no construir ideas de lo que está ocurriendo, ideas que podrían construir en contra nuestro... ha sido tan intenso nuestro reencuentro que inevitablemente la costumbre, la necesidad, el amor mismo, llaman a saber de ti cada día, cada segundo, y si por razones que comprendemos, pero que muchas veces no se aceptan, no es de la forma que esperamos, la angustia lleva a probar amarguras creadas por una imaginación que no permite la sensatez del sentimiento, aquel que dice la realidad de lo que somos y sentimos el uno por el otro... 
Eres real, porque así lo siento... pero mi imaginación te traslada a ese mundo, en el que no distingo la realidad del sueño... dónde estás, ahora que te necesito... porque cada segundo que pasa siento necesidad de saber de ti, de escuchar tus palabras, de leerlas, de sentir tu mano estrechando la mía, para sentir que estás a mi lado... 
Dónde estás amor... te busco cada día y no estás... tal vez algunas palabras, letras que sé de ti, alimentan en algo mi alma que te busca, que a través de mensajes espera encontrarte, pero me angustio en el segundo que no sé nada de ti... 
Esta dependencia del tiempo, que no nos ha acompañado fielmente, aquel que debiera unirnos en el abrazo eterno y nos distancia, dejando cabida a razonamientos inciertos a desesperaciones que intentan evidenciarse, pero que se contienen, para dejar paso a que el sentimiento triunfe por sobre sus enredados minutos... 
Te extraño demasiado, que tambaleo en los pensamientos, mas los sentimientos se mantienen intactos y ellos son la mira que permiten que mantenga la frente en alto, mientras espero... espero por ti, por mi, por nosotros que hemos quedado dependiendo del tiempo.