¿Alguna vez, os habéis quedado maravillados, admirando la belleza de esas pompas de jabón que en un instante pueden inundar un espacio vacio? ¿y que suben y bajan y tienen un brillo especial, pero que de repente, sin saber cómo, empiezan a explotar, a caer, y por más que intentas elevarlas se convierten en "nada"? pues así son los sueños... frágiles y delicados. Yo había soplado para crear mi propia pompa de jabón, la más bonita, la más grande, había hecho planes para ella, le había dado un nombre y había empezado a jugar... pero de repente, han venido las personas que más me quieren en este mundo y me la han explotado... lo que me ha hecho darme cuenta que sigo cogida a todas y cada una de sus decisiones, que no eres libre de tomar tu propio camino, que no eres libre de equivocarte y rectificar, que no eres libre de caerte y levantarte, que no eres libre de ser quien quieras ser... No se lo he tomado en cuenta porque piensan con la cabeza, cosa que debería hacer yo más a menudo, y no moverme por los impulsos del corazón, porque auque les des 1000 explicaciones, en tu mirada ven que hay una segunda intención detrás de todo aquello que les cuentas.
Y en este momento de crisis en el mundo, sientes que también ha llegado la crisis a tu corazón, que estás sujeta a un trabajo, a una sociedad, a un día a día que ya no te hace feliz. Que llevas medio año viviendo con la mente en otra parte y tu cuerpo se mueve por inercia en medio de esta gran ciudad.
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